Daniel Esgardo Rangel Barón: Las hormigas podrían transmitirnos un parásito
Históricamente, las hormigas se han ganado los mejores
piropos en la sociedad. Incluso, en varias ocasiones, son ejemplos de animales trabajadores con espíritu
cooperador. Además, se alaba su capacidad
organizativa, sin embargo, un investigador ha revelado que podría cambiar la
perspectiva inofensiva que las
representa.
Daniel Martín Vega,
investigador español de la Universidad de Alcalá en Madrid, registra la
aparición de un parásito residente en el cerebro de las hormigas, el cual puede
ser ingerido por los vacunos de manera inconsciente.
El Dicrocoelium
dendriticum, un gusano parásito apto para manejar la
conducta de sus anfitriones, se alberga en el cerebro de las hormigas momentáneamente
antes de lograrlo de una manera definitiva en mamíferos, especialmente puede
ser capaz de atacar al ganado vacuno, y a veces al ser humano.
Por
medio de un aviso divulgado por la universidad, se detalla que el período de
vida del Dicrocoelium dendriticum inicia al momento en que sus huevos son
librados con las excreciones del huésped definitivo, es decir, los mamíferos; y
las formas larvarias que se generan de este infestan a los caracoles.
Es
en ese momento cuando empieza la reproducción de manera asexual y provocan
cuantiosas copias que son soltadas con la baba del caracol, que posteriormente
tragan los insectos.
De
todos los que atacan, por lo menos uno de ellos se va hasta al cerebro de la
hormiga y emprende a manejar su conducta, mientras que otra parte se encajan en
el abdomen aguardando de ser transferidos a un hospedador definitivo.
Las hormigas parasitadas actúan como "zombis",
suben por la vegetación herbácea y suelen quedarse como estatuas, pegadas de
las hojas con sus mandíbulas, siendo esta la manera en como el ganado las
ingiere.
Definitivamente
esta investigación ha llamado la atención de la comunidad científica, pero
realmente no hay mayor motivo de alarma. Se debe esperar más estudios al
respecto.
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